Planeta azul: ¿tenemos un futuro?

Verónica Alegría Llanos
| enero 31, 2020
| Perspectivas |
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Las bibliotecas como agentes de cambio en el cuidado de nuestro ambiente.

La temperatura del planeta ha roto récords jamás antes vistos en la historia de la humanidad produciéndose lo que conocemos como calentamiento global, y es lo que, según los científicos, nos llevará a la destrucción progresiva del planeta. ¿Alguna vez nos hemos preguntado qué es lo que está llevando a la Tierra a su posible fin?

Hay un antes y un después a partir de la Revolución Industrial. El pase a lo urbano, mecanizado e industrializado, hizo que la sociedad progrese en distintos aspectos; sin embargo, también llevó a que los niveles de gases nocivos como el CO2 (dióxido de carbono) se incrementen y que la temperatura aumente aceleradamente acentuando aún más el efecto invernadero. Asimismo, los glaciares de todo el mundo se derriten de tal manera que tal vez sea irremediable, haciendo que el nivel del mar se eleve por un fenómeno denominado expansión térmica. (Gran atlas de la ciencia: clima, 2012)

Las consecuencias son evidentes y ejemplos de ello son los devastadores incendios producidos en Australia en donde la temperatura ha llegado a 35 °C provocando que más de 1 millón de animales hallan perecido, 28 vidas humanas se hayan perdido y miles de hectáreas de árboles y flora desaparecieran. Esta catástrofe ha sido considerada aún mayor que la producida en la Amazonía de Brasil hace algunos meses y seguimos viendo los estragos de los daños producidos. Paralelamente, en un caso muy disímil, en Indonesia, se ha producido una de las mayores inundaciones que ha cobrado la vida de 66 habitantes y 173 mil damnificados. Hogares destruidos, escuelas, plantaciones, comercios, etc., se han visto afectados.

Pero no solo el calentamiento global es un problema. El plástico es ahora uno de los grandes dilemas de la humanidad, convirtiéndose en el gran villano que contamina los océanos. En nuestro planeta se produce unos 300 millones de toneladas de plástico, de las cuales buena parte termina en el mar (Posada, 2016). Algunas de las terribles consecuencias son las muertes de más de 1 millón de aves marinas y 100 mil mamíferos y tortugas cada año (Asociación Cultural Yaku Azul, 2019). Y nosotros no estamos ajenos a su nocividad. Víctimas de nuestra propia irresponsabilidad, científicos han hallado microplásticos en seres humanos. Según la bióloga Kerian Cox, de la Universidad de Victoria, señala que las personas que ingieren agua embotellada podrían consumir 90 mil microplásticos adicionales en comparación de los que solo toman agua de grifo.

Imagen: QuinceMedia (Pixabay)

La Asamblea Medioambiental de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha terminado con una declaración en la que 200 países se han comprometido a reducir el uso de plástico de aquí al 2030. Mientras, Patricia Romero (Televisa, 2017), parte del grupo de Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) asegura que para contrarrestar los efectos del cambio climático se deben seguir tres pasos: mitigación, adaptación y protección. En el Perú ya estamos avanzando en ambos temas con la promulgación de la Ley marco de Cambio Climático (Ley N° 30754) y su respectivo reglamento, así como la Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes y envases descartables (Ley N° 30884).

Bibliotecas que contribuyen con las soluciones

Las bibliotecas, como espacios de acceso a la información y gestión del conocimiento, están llamadas a promover la implementación de la agenda 2021 de la ONU a través del desarrollo de acciones que cumplan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que incluso la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (siglas en inglés IFLA) nos demuestra con modelos a nivel mundial.

En el Perú, algunas bibliotecas que propician el cambio de chip en la ciudadanía se relacionan al sector ambiental-gubernamental, como: la Biblioteca Ambiental (BIAM) del Ministerio del Ambiente, que desde hace 6 años ha dispuesto sus servicios a todo ciudadano, incidiendo en los niños. Así también encontramos a las bibliotecas especializadas del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), el Instituto Geofísico del Perú (IGP), el Organismo de Fiscalización Ambiental (OEFA), el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace), el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Instituto de Investigaciones de la Amazonia Peruana (IIAP) en Iquitos, el Instituto de Nacional de Investigación de Glaciares y Ecosistemas de Montañas (Inaigem) en Huaraz.

Los invito a que puedan incentivar la cultura y el conocimiento en el cuidado de nuestro ambiente a través de la promoción de lectura sobre el tema. Cada pequeña acción puede contribuir a tener un futuro para nuestro planeta y toda vida que habita en ella.

Biblioteca Ambiental (BIAM ) del Ministerio del Ambiente y su servicio itinerante en diversos espacios públicos | Imagen: BIAM, 2018
Referencias

1. Asociación Cultural Yaku Azul (2019). Plásticos en el mar: SOS a la fauna. Amalamar: revista de la Asociación Cultural Yaku Azul. (8). pp. 33 -35.
2. Gran atlas de la ciencia: clima (2012). Barcelona: National Geographic. 
3. Posada-Swafford, A. (2016). Arrecifes peligrosos: contaminación por microplásticos en el mar.  Muy Interesante. 29 (6). pp. 12-17.
4. Televisa (2017). Una causa, una solución: impactos del cambio climático. Muy Interesante. 30 (6). pp. 22-25

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Verónica Alegría Llanos
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Licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la UNMSM. Egresada de la Maestría de Gobierno de Tecnologías de la Información de la UNMSM. Diplomado en Gestión Ambiental y Administración Pública por la Universidad San Pablo. Responsable de la Biblioteca Ambiental (BIAM) del Ministerio del Ambiente. Correo electrónico valegria@minam.gob.pe